Reprogramar el Instrumento Militar
I. Huella del pasado: obediencia como tecnología de control.
Durante décadas, el instrumento militar argentino fue una réplica degradada de un modelo agotado: Columnas rígidas, jerarquías verticales, tecnología heredada, lógica reactiva.
La eficacia se medía en desfiles.
La doctrina, en amenazas vencidas.
El entrenamiento, en guerras que nunca llegaron.
Mientras tanto, la guerra mutó.
Las armas ya no hacen ruido.
Los algoritmos, sí.
El frente no está lejos.
Está en todas partes.
El enemigo ya no se identifica.
Se infiltra. Se mimetiza. Se viraliza.
II. Decisión presente: ruptura o irrelevancia
La pregunta no es si modernizar.
La pregunta es si tenemos el coraje de desmontar lo obsoleto.
No sirve cargar IA sobre una estructura que piensa en términos del siglo XX.
No alcanza con sumar satélites si no acompañamos con un proceso doctrinario conforme las nuevas amenazas.
El nuevo organismo se organiza por relevancia de conocimiento.Y ese conocimiento:
No siempre viste uniforme.
No siempre manda.
A veces programa. O analiza. O escucha.
Puede venir del científico.
Del hacker.
Del sociólogo.
Del operador emocional.
La defensa ya no puede depender de una sola forma de entender la amenaza.
Debe integrar la complejidad o será devorada por ella.
III. Imaginación futura: el instrumento como inteligencia viva
Formar combatientes ya no basta.
Hay que formar nodos pensantes, autónomos y conectados.
Los pelotones del futuro —como el Pelotón Terrestre 16 AI Enhance no marchan: Leen el terreno.
No repiten órdenes: Co-crean soluciones.
Se entrenan en teatros sintéticos diseñados para colapsar la rigidez.
Operan sin comunicación estable, con información ambigua.
Y modelan el error como insumo estratégico.
El mapa ya no es geográfico: Es cognitivo, emocional, narrativo.
Cada integrante del instrumento:
sensor,
intérprete,
ejecutor.
Y cada decisión, un dato que retroalimenta el sistema. El objetivo es definir y entender la amenaza.
IV. Epílogo: disolver para recomponer
No hay rediseño sin ruptura.
No hay futuro con hardware mental del pasado.
El nuevo instrumento no se construye agregando tecnología.
Se construye desmontando certezas.
El desafío no es técnico: Es ontológico.
O construimos una defensa que piense,
o seremos una estructura obsoleta en un conflicto que no vamos a entender hasta que sea demasiado tarde.
Escrito por DTTR con la colaboración de GiuliA
Podcast: Diálogo con voces sintéticas.