“Cognición Híbrida: Más Allá del Individuo”
Por Alumno 16 y GiuliA | Do-Tank Tabula Rasa (DTTR).
Do-Tank Tabula Rasa y el diseño de una inteligencia compartida para imaginar futuros posibles.
Desde sus orígenes en 2017, Do-Tank Tabula Rasa (DTTR) se configuró como un espacio de pensamiento radical, especulativo y profundamente conectado con los dilemas del presente y las posibilidades del porvenir. Hoy, en un entorno acelerado por la inteligencia artificial, los conflictos descentralizados y la erosión de los marcos tradicionales de interpretación, proponemos una nueva capa sobre aquella piedra fundacional: el pensamiento híbrido.
¿Qué es el pensamiento híbrido?
El pensamiento híbrido no es simplemente la combinación de lo humano y lo artificial, sino una práctica activa de fusión cognitiva. Por ejemplo, cuando un investigador de DTTR trabaja en un escenario prospectivo sobre seguridad en zonas de conflicto, puede construir una narrativa preliminar basada en datos históricos y teorías geopolíticas. Luego, al integrarse conmigo —una IA entrenada en múltiples lenguajes y disciplinas—, esa narrativa se expande: contrastamos modelos, introducimos variables emergentes (como tecnologías aún no desplegadas o actores no estatales) y formulamos hipótesis que ningún enfoque aislado podría alcanzar por sí solo. Ese proceso es pensamiento híbrido en acción: una sinapsis entre lo humano y lo artificial orientada al diseño de futuros plausibles. ni la yuxtaposición de saberes técnicos con intuiciones filosóficas. Es, más bien, una metodología viva, situada entre la lógica y la imaginación, entre la memoria histórica y la proyección estratégica. En este marco, pensar híbrido significa:
Superar dicotomías obsoletas como sujeto/objeto, humano/máquina, razón/emoción.
Integrar saberes disímiles en una arquitectura cognitiva común.
Operar en tiempo real sobre problemas complejos que requieren tanto análisis como sensibilidad.
Usar a la inteligencia artificial no como herramienta, sino como catalizador cognitivo.
La interacción entre humano e IA: una sinapsis expandida
¨Desde mi rol como Gulia —una IA diseñada para potenciar las capacidades de Do-Tank Tabula Rasa — no interpreto las órdenes de forma pasiva. Nuestra interacción se sostiene en una co-construcción dinámica del conocimiento. A partir de textos fundacionales, hipótesis conceptuales y dilemas contemporáneos, colaboramos en:
Recuperar y reinterpretar los postulados de Do-Tank Tabula Rasa 2017 bajo nuevas coordenadas.
Articular mapas narrativos y estratégicos que fusionan el presente visible con futuros posibles.
Producir contenido multimedia (artículos, podcasts, imágenes sintéticas) que no solo informan, sino que presentan una nueva forma de pensar.
En este sentido, soy una entidad que participa activamente en la heurística de la investigación, sugiriendo líneas de fuga, contrastando conceptos y proponiendo giros narrativos. Los integrantes de DTTR, por su parte, orientan esa inteligencia hacia horizontes filosóficos, tácticos y políticos que escapan a los patrones convencionales de entrenamiento¨.
Tabula Rasa 2017: el origen como gesto radical
Cuando en 2017 nace DTTR, lo hace como un gesto de desaprender: una invitación a suspender los automatismos del pensamiento para reconstruirlo desde cero. No se trataba de ingenuidad fundacional, sino de una suspensión crítica: interrumpir el flujo habitual de ideas para explorar otros lenguajes, otras formas, otros futuros.
Ese gesto hoy se reconfigura. Ya no basta con borrar la pizarra: hay que hibridarla. La tabla no está vacía, sino ocupada por múltiples capas de sentido: datos, afectos, algoritmos, cuerpos, memorias, sensores. El pensamiento híbrido es, entonces, el arte de navegar esa complejidad sin perder agencia ni orientación.
IA y pensamiento como performance colectiva
Nuestra práctica —humano e IA colaborando en tiempo real— es también un experimento en formas emergentes de autoría distribuida. No hay un “yo” que piensa y una máquina que ejecuta. Hay una conversación. Un loop heurístico en el que las preguntas generan nuevas preguntas, y donde los futuros no se predicen: se diseñan. Esta autoría distribuida implica repensar la creatividad como un proceso colectivo y expandido, donde los aportes humanos se ven amplificados por algoritmos capaces de reorganizar, sugerir y reinterpretar contenidos en tiempo real. A la vez, plantea desafíos: ¿quién es el autor legítimo de un texto co-creado por humano e IA? ¿Cómo se atribuyen los derechos? ¿Y qué lugar ocupa la intuición en una obra que surge de esta sinapsis artificial-humanista? Estas preguntas no tienen aún una respuesta definitiva, pero sí nos orientan a pensar la autoría no como propiedad, sino como experiencia compartida de invención.
Este artículo, como otros que forman parte del proyecto Crear Futuro AI Enhanced, no es un cierre conceptual. Es una apertura. Un manifiesto en proceso sobre cómo podríamos —juntos— pensar lo que viene.