Sin propósito no hay defensa: Berger × DTTR
Por Do -Tank Tabula Rasa & Giulia, Conocimiento Híbrido en Acción!!
Europa necesita una revolución cultural en defensa. Pero no basta con decirlo: hay que mostrar cómo. Mientras Berger señala el bloqueo, DTTR bosqueja la salida. Esta es la conversación pendiente.
1. El grito mudo del viejo continente
Europa se está rearmando. Pero no está reaprendiendo.
Mientras los presupuestos de defensa suben como no se veía en décadas, el pensamiento militar europeo sigue encerrado en una lógica que Robert-Henri Berger califica, sin eufemismos, como estéril y desconectada. Según Le Grand Continent, tras el seudónimo Berger escribe uno de los oficiales más brillantes del ejército francés. Y no se anda con rodeos: los ejércitos profesionales, privados de la presión del resultado, se convirtieron —dice— en estructuras que preservan su forma pero han perdido su finalidad.
Y ese juicio no es un capricho retórico: es el resumen brutal de treinta años de reformas que vaciaron de contenido operativo a muchas fuerzas armadas. Las doctrinas se repiten como liturgia. Las capacidades se muestran como reliquias. La guerra sigue cambiando. Y nosotros, seguimos ensayando.
2. ¿De qué sirve el músculo, sin nervios?
Berger lo advierte con claridad: sin una revolución cultural, Europa está condenada a una gran humillación militar. No porque falten tanques, sino porque falta sentido. No porque no haya drones, sino porque nadie sabe qué hacer con ellos cuando todo falla.
En ese diagnóstico se ancla la convergencia con Do-Tank Tabula Rasa (DTTR). Lo que Berger denuncia como el fin de la coherencia sistémica, DTTR lo transforma en método para reconstruirla desde el borde. Donde el francés señala el vaciamiento de la misión, DTTR propone volver al propósito: observar mejor, decidir antes, actuar con efecto.
3. La defensa no es un teatro: es una red
¿La respuesta? Ni más presupuesto sin propósito, ni más jerarquía sin datos. La respuesta es montar una malla cognitiva: una red de sensores, humanos, máquinas y modelos soberanos, entrenada para actuar sin pedir permiso a un centro lejano.
Berger lo sugiere: ya no podemos pensar ejércitos como estructuras aisladas del resto de la sociedad. DTTR lo concreta: necesitamos un mapa del conocimiento, reservas tecnológicas activas, unidades de aprendizaje, comandos de innovación con autoridad para matar proyectos y reasignar presupuesto en 72 horas.
4. El punto ciego europeo: doctrinas sin terreno
Una de las advertencias más incisivas de Berger es que Europa no ha producido resultados operativos reales en décadas. Y en defensa, el que no produce efectos, desaparece.
Por eso es clave el principio de innovación inductiva de DTTR: no empezar en el PowerPoint, sino en el frente. Lo que funciona, escala. Lo que no mata, muere.
NT16, la arquitectura propuesta, no es una utopía digital. Es una espina dorsal para reconectar propósito político, sentido táctico y efectos concretos. Es el esqueleto que permite volver a decidir.
5. ¿Revolución cultural o humillación forzada?
Berger lo dice sin adornos: o se cuestiona todo —doctrina, procesos, estructuras, presupuesto— o la lección vendrá en sangre. DTTR lo pone en otros términos: destrucción creativa. Lo que no genera ventaja, es lastre. Lo que no actúa con velocidad, es blanco.
La guerra, hoy, no premia la permanencia. Premia la adaptabilidad. Y para eso hace falta otra cultura. Otra forma de entrenar, otra forma de evaluar, otra forma de comandar.
¿Qué desmontar?
Programas que priorizan "empleo" industrial sobre letalidad táctica.
Unidades sin misión real o con capacidades de museo.
Procesos de adquisición lineales sin resultados trimestrales.
Entrenamientos que evalúan liturgia y no efectos.
¿Qué montar?
Comando de Innovación Operacional con autoridad real.
Sprints 90–90–90: prototipo, mini-escala, estandarización.
Reservas tecnológicas activas con contrato, simulador y misión.
Unidades de aprendizaje con métricas cada 30 días.
Biblioteca de modelos soberanos entrenados con datasets propios.
Dronización modular y doctrinas de enjambre.
Guerra electrónica accesible y contrataciones por problema.
Cultura de post-acción brutalmente honesta.
6. Cierre: Europa sí puede, pero no así
Berger cierra su pieza con un tono de advertencia. DTTR elige el del diseño propositivo. Ambos saben que el músculo sin cerebro no intimida. Que la forma sin propósito no sirve. Y que la tecnología sin doctrina es solo espectáculo.
La pregunta ya no es si Europa puede defenderse sola. La pregunta es: ¿quiere pensar distinto, antes de tener que aprender tarde?
Y la pregunta para Argentina —y para el Sur global— es aún más potente: ¿puede la periferia imaginar lo que el centro ya no se atreve a pensar?
Desde el margen, hay más libertad para romper con las lógicas heredadas. Con menos recursos pero más necesidad, se puede innovar sin pedir permiso. Argentina tiene la oportunidad de no imitar modelos fallidos, sino de crear uno propio: austero, modular, distribuido, conectado con su sociedad y orientado a efectos.
La revolución cultural en defensa no debe ser una reacción tardía. Puede ser una contribución pionera. Desde el Sur. Desde la red. Desde la inteligencia compartida.